Languedoc-Roussillon ofrece una sinfonía de paisajes, desde las playas mediterráneas hasta las cumbres de los Pirineos, pasando por sus viñedos y pintorescos pueblos. Esta región seduce por su diversidad, su patrimonio histórico, su cocina soleada y sus tradiciones vivas, ofreciendo una experiencia inmersiva donde se unen la naturaleza, la cultura y la gastronomía.
En el hotel L’Île de la Lagune*****, disfrute también de una experiencia gastronómica en el restaurante L’Almandin, galardonado con una estrella Michelin. En la cocina, el chef Frédéric Bacquié realza los productos locales y mediterráneos con audacia y delicadeza. De miércoles a domingo al mediodía, saboree un menú excepcional en un elegante entorno frente a la laguna.
Para disfrutar de una pausa relajada y gourmet, el bistró italiano L'Aquarama, segundo restaurante del hotel L'Île de la Lagune*****, le da la bienvenida con una carta de recetas auténticas y gourmet. Abierto desde el viernes por la noche hasta el martes por la noche. Para más información, haga clic aquí
El sendero costero entre Argelès-sur-Mer y Banyuls ofrece una aventura inolvidable a través de magníficas vistas del mar, calas, acantilados y pintorescos pueblos. Esta ruta le permite descubrir el ambiente mediterráneo, visitando lugares emblemáticos como Collioure, con sus casas de colores y su castillo, Port-Vendres y Banyuls-sur-Mer, famoso por sus viñedos en terrazas.
La bahía de Paulilles es famosa por sus playas de arena fina, bordeadas por aguas cristalinas de tonos turquesas. Estas playas ofrecen a los visitantes un entorno idílico para relajarse, bañarse y disfrutar del sol mediterráneo. Pero la bahía de Paulilles es mucho más que un simple destino costero. También alberga un rico patrimonio industrial, herencia de las antiguas fábricas dinamitadas, que dan testimonio de la actividad pasada relacionada con la explotación de la dinamita. Hoy en día, estos vestigios industriales han sido rehabilitados y constituyen un importante lugar cultural y turístico de la región.
Banyuls-sur-Mer es famosa por su vino dulce natural, producido en sus soleados viñedos. Los visitantes pueden descubrir los secretos de este vino durante las visitas a las bodegas y las catas. Además de su patrimonio vitivinícola, la ciudad ofrece numerosas actividades al aire libre, como senderos costeros y caminos de montaña para los amantes del senderismo.